Universidad
Católica de Temuco
Facultad de Educación
Taller Pedagógico I
Profesora:
Mabel Valdebenito
Ensayo
de la alumna: Margoth Ceballos
Velásquez
Fecha
de envío: 29/05/2016
ENSAYO SOBRE VOCACIÓN Y CRECIMIENTO DE LA PERSONA
La
vocación es como dice el autor Domínguez (2016) un plan de salvación con qué
voy aportar en esta vida, que me hace sentido realmente en el fondo de mi
trayectoria biográfica que va dando las señales hacia dónde va mi micro. En
pregrado de Licenciatura en Artes Visuales en un ramo llamado Conociéndome y comunicándome
de la UCT (Gatica, 2006) en el año (2006)
recuerdo que nos hicieron participar en una didáctica que consistía en dibujar y
pintar una micro, posteriormente en ella debíamos indicar -¿a quienes llevaríamos?,
¿hacia dónde iríamos?, ¿quién la animaba? y ¿quién la manejaba?. No tuvimos
problemas con las tres primeras preguntas, pero la última todos nos
equivocamos, porque la respuesta correcta era que siempre seríamos nosotros
quienes manejaríamos esa micro con la animación de diferentes orientaciones
religiosas, familiares o de amor, etc.
La
vocación implica una misión a qué estoy llamado hacer no tan sólo para mí sino
también para el contexto donde me corresponde influir o aportar. Esta misión
que son mis acciones que están en latencia desde antes de tener consciencia de vida
se van concretizando a medida que voy trazando un camino hacia donde deseo
llegar, que corresponde a mi visión de vida. Todo en equilibrio con mi entorno
que me correspondió vivir. Es una conjunción entre lo que plantea Flank (1991),
Zubiri (1983) y Scheler (1996). Concordando con Domínguez (2016) “Parece, por
tanto, que en la vocación hay llamada en función de lo que somos, y respuesta
del modo concreto en que se quiere realizar eso que estamos llamados a ser y ya
somos en el fondo.” (Domínguez, 2016. p. 34)
No
hay que confundir una vocación ilusoria como el querer ganarse el Kino un juego
de lotería sin jugarlo, es un proceso de descubrimiento de lo que traemos en el
interior a lo largo de nuestra vida. Hay
personas que han dado fruto en su vocación ya en los límites de su existencia,
Leonardo Da Vinci con su obra más reconocida “La Mona Lisa” la terminó pocos años de su muerte. Vincent Van Gogh
no vendió ninguna obra en vida, pero después de su muerte se le ha reconocido y
sus obras en el siglo XXI tienen un valor muy elevado.
El
sentido de vida como indica Viktor Frankl (1991) es un sentir interno que emana
y que nos llama en forma intermitente se esconde detrás de otras acciones que
sin entender se confabulan para no perder el norte del asunto de nuestras
vidas. Está tan conectado con nosotros que forma parte de nuestro destino como indica.
(Scheler, 1996).
Esta
vocación también implica un compromiso
experiencial como indica Domínguez
(2016) donde la vocación es tan determinante como establecer una relación
sólida de pareja. Es decir, la vocación debe estar presente en todo lo que
hagamos, o sea, debe estar constantemente inspirando nuestro actuar, aunque en
determinados momentos tendamos al divorcio vuelve a nosotros el sentido que nos
mueve en nuestro interior y nos quita la nube que nos impide ver con claridad
lo que realmente nos interesa.
Estoy de acuerdo con Aranguren (1972) que la
vocación se forja en situaciones concretas, pero eso se debe a que es tan
fuerte lo que inspira el actuar del ser humano que debe ser traducido en un
algo. La vocación no es una moda, una tendencia, etc., que se pueda copiar,
sino es algo que viene con nosotros y lo logramos comprender en las acciones que
realizamos, que se nos presentan y que nos inspiran de forma enigmática.
Comprendo que hay que estar a la escucha de la realidad de lo que es posible hacer
a escala humana, lo que somos capaces de entender, pues todavía es muy limitado
nuestro cerebro a los fenómenos que ocurren sin tener explicación científica,
se escapa a nuestra naturaleza.
Coincido
en que es una llamada a la felicidad como indica Ortega en el documento de
Domínguez (2016) es comprensible o entendido desde una armonía o desde un don
divino como indica Aranguren (1972), pues en la medida que atendamos a esa
ansia interna de nuestro reloj de vida, liberamos cargas contenidas que se van
modelando, pero no pierden su esencia.
Es
claro que la vocación según el autor Domínguez (2016) propicia el sentido de la
trascendencia, la armonía, la sanación psicológica-física-espiritual, etc., en
un estado de equilibro en forma integral no parcial ni momentáneo. No es el
resultado impuesto por el contexto en el que vive la persona, menos el deseo de
satisfacer algo o solo obtener éxito por éxito sin sentido. La vocación es la
clave que permanece constante en la historia biográfica de la persona que en la
profunda reflexión emerge y se presenta exigiendo su realización.
El
sentido de vida lamentablemente como dice Frankl (1990) desde el siglo XX se
está perdiendo en las personas. La lectura clara del descubrimiento de la
vocación surge a lo largo de la reflexión por los distintos pasajes de la vida
buenos o malos como también en el contacto con otros en el momento de cómo ello
nos leen. Así como el lector ideal de nuestras propuestas visuales nos puede
curar nuestras obras, existen personas que en momentos menos inesperados, cercanos
o lejanos detectan algo particular que nos define y nos clasifica en un color
determinado, por dar un ejemplo. El compromiso con la verdadera vocación debe
ser potente, pues se arriesga mucho, requiere seguirla con valor, entrega,
optimismo, perseverancia, tozudez, fe, amor, compromiso y muchos otros valores
del acoger con armonía lo que somos llamados a ser. Es un dinamismo interno,
como un movimiento constante de adaptación a la vida, que está constantemente
abriéndonos puertas y ventanas.
Lectura: Nº7
Título: Vocación y crecimiento de
la persona
Autor: Xosé Manuel Domínguez
Prieto. Miembro del Instituto E. Mounier.
Recuperado
de:
URL:
Fecha: 16
de mayo de 2016
Referencias
Bibliográficas:
Aranguren, J. (1972) Ética, Revista de Occidente, Sexta edición,
Madrid.
Domínguez, X. (2016) Vocación
y crecimiento de la persona. Miembro del Instituto E. Mounier.
Recuperado de:
URL:
Frankl, V. (1991) El hombre en busca de sentido, Herder,
Barcelona.
Frankl, V. (1990) La psicoterapia al alcance de todos, Herder,
4ª edición. Barcelona.
Gatica G, (2006) Conociéndome y Comunicándome. Universidad de Concepción. 2006. Temuco. Chile.
Scheler, M. (1996) Ordo amoris, Caparrós, Madrid.
Zubiri, X. (1983) Inteligencia y Razón, Alianza
Editorial. Madrid.