que va en ondas peristálticas
similar al movimiento del tubo digestivo
que se pierden en un infinito.
Sin embargo, retornan de éste
y nuevamente comienzan a formar
ese espiral concéntrico
que nos envuelve la vida.
Un verdadero circuito
difícil de comprender,
para poder avanzar
con equilibrio en nuestra existencia.
Margoth Ceballos Velásquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario