La fórmula es distinta para el que alega se enceguece perdiendo de vista el norte de sus objetivos, pues su horizonte se diluye como un mal espejismo.
Por eso para ganar hay que saber perder.
Si perdimos una batalla, mañana ganaremos la guerra.
Mucha fe, voluntad y amor...
Margoth Ceballos Velásquez
modificado el día Domingo 29/01/2012
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